Un día en la vida de una educadora social en 2050. 😊👩🏻‍🏫

Holaa mis chicos y chicas, hoy os traigo como pienso que seria la vida de una educadora social en 2050. A continuación os lo dejo: 

Un Día en la Vida de una Educadora Social en 2050

El despertador vibra suavemente en mi muñeca. Son las 6:00 a.m. Me estiro antes de abrir los ojos y, por un instante, trato de disfrutar la calma antes de que mi mente empiece a correr. Inhalo profundo. Desde la cocina llega el aroma del café recién hecho, preparado exactamente como me gusta. “Buenos días, Jara. Noté que anoche tuviste un nivel de estrés elevado. Te sugiero una sesión de respiración antes de salir.” Suspiro. Lía, mi asistente virtual, nunca se equivoca.

Mientras tomo mi café, repaso los informes de mis estudiantes en la pantalla holográfica. Sebastián, 12 años, ha vuelto a faltar a su terapia virtual. Sara, 16, tuvo una crisis de ansiedad a las 2:45 a.m. Me llega la notificación de que mi transporte está listo para llevarme al Centro de Inclusión y Desarrollo Humano.

8:00 a.m.

El trayecto es tranquilo. La ciudad es más ordenada que hace unos años, con sus calles llenas de árboles y drones de mantenimiento flotando en el aire. Pero la desigualdad sigue ahí, solo que más silenciosa. Hoy tengo una sesión de mediación con niños de distintas partes del mundo. Algunos viven en refugios, otros en zonas de guerra o en comunidades desplazadas por el cambio climático.

Me coloco las gafas de realidad aumentada y, en segundos, estamos todos en la misma aula digital. Con la tecnología háptica, pueden "tocar" objetos dentro del entorno virtual, pero lo más difícil sigue siendo lo mismo de siempre: hacer que se sientan seguros.

Sebastián llega tarde a la sesión. En lugar de activarle un aviso automático, le envío un mensaje directo: “Sé que estás cansado, pero me alegra que estés aquí.” Minutos después, lo veo enderezarse en su asiento. Tal vez, las palabras correctas aún pueden más que cualquier algoritmo.

2:00 p.m.

En la Zona de Rehabilitación Social, toca simulación inmersiva de resolución de conflictos, pero Sara no quiere participar. La IA puede medir sus niveles de ansiedad, pero yo sé que necesita algo más. Me siento a su lado.

—Sara, no tienes que hablar, solo dime… ¿día difícil o muy difícil?
—Muy difícil.

Le paso un par de guantes hápticos y le muestro cómo romper digitalmente un plato en la simulación. Cuando lo hace, sonríe apenas. No es una solución, pero al menos es un respiro.

6:00 p.m.

Termino la jornada en una escuela flotante donde estudian niños refugiados por el cambio climático. Aquí, muchos han perdido no solo sus hogares, sino su sentido de pertenencia. Me preguntan si el mundo va a mejorar.

Quiero decirles que sí, que todo estará bien. Pero en lugar de eso, les digo la verdad:

—El mundo cambia con lo que hacemos. Y aquí, lo estamos cambiando juntos.

9:00 p.m.

De vuelta en casa, Lía me informa que tengo un 80% de fatiga acumulada y que necesito descansar. Me río. La tecnología ha avanzado, pero el cansancio de un educador social sigue siendo el mismo.

Antes de dormir, reviso los mensajes. Sara ha enviado un emoji de un corazón. Sebastián ha asistido a su terapia. Suspiro, cierro los ojos y sonrío.

Mañana será otro día. Y seguiré aquí.


Espero que os haya gustado y me gustaría ver que añadiríais o que cambiarias de mi día. 💕💗

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